Mi experiencia con La Odisea consiste en que de pequeño leí una versión adaptada que había en casa de mis abuelos, en que he visto la peli de Troya y en que la gente flipó este año con el musical Epic pero yo aún no lo he visto/escuchado. No soy un experto, tengo conocimientos mínimos sobre ella, pero me suena lo suficiente como para que, cuando vi el tráiler de El regreso de Ulises, dijera «Oye, igual esta es mi marca de café». Parecía un relato de los que desmitifican para remitificar, de los que buscan una nueva perspectiva para recordarte lo importante de una historia. Así que, cuando tuve la oportunidad de verla con un amigo, la aproveché.

Salí contento y me apetece hablar un poco de la película, así que aquí van algunos pensamientos en base a cuatro cuestiones diferentes. Aviso de spoilers, por cierto.

Me gustan los epílogos

¿Sabéis uno de los motivos por los que adoro Kaguya-sama: Love Is War? Porque cuando Aka Akasaka acabó su gran arco final, podría haberlo dejado ahí. Pero siguió un poco más para dejar colocados a los personajes de la mejor forma posible. Optó por seguir trabajando en ellos y tan solo cuando tuvo claro el número de capítulos que quedaban avisó de ello.

Aquello generó unas sensaciones bastante únicas y, desde entonces, es para mí una referencia. Por su parte, El regreso de Ulises es solo el epílogo. Es la parte final del viaje de su protagonista, lo que sucede cuando llega a casa. Es el final extendido, los detalles que rematan el todo. Solo que, técnicamente, no conocemos lo ocurrido. No en esta ocasión.

A la gente le gustan sus fábulas

«A la gente le gustan sus fábulas» dice Ulises en un momento. Quizá la cita no es exacta, pero es lo que dice. Es en un momento en el que otros personajes hablan de lo maravillosa que fue la guerra de Troya, mientras que el propio Ulises ofrece un relato mucho más cercano a la realidad de un conflicto de esa magnitud. Violencia, sangre, fuego, espías y soldados. Sin sitio para la fantasía, solo quedan diez años de poca humanidad. Más adelante, la propia Penélope le pregunta si violó a mujeres y mató a niños. Ulises ni confirma ni desmiente. Tampoco describe su tiempo después de la guerra, conformándose con un «No lo entenderías. Ni yo lo entiendo».

¿Ocurrió La Odisea tal y como la conocemos? ¿Qué fue realmente Troya? ¿Qué hizo Ulises? Lo que no vemos y no no nos responden, no lo sabemos. En nuestras manos queda decidir qué es la verdad y cómo la transmitimos. Podemos optar por dejarnos arrastrar por lo que vemos ante nosotros, un hombre quebrado y cambiado. O podemos optar por la alternativa, por la respuesta conjunta en la que Penélope quiere que ambos trabajen cuando por fin todo haya pasado. Da un poco igual: todo será una fábula que nos contamos.

La violencia como lenguaje, hogar y conexión

El regreso de Ulises es un relato sobre la violencia. La violencia entendida como lenguaje, dado que es la única manera en la que el protagonista es capaz de reencontrarse en Ítaca después de dos décadas alejado de la isla. La violencia como hogar, puesto que es el único refugio que conoce cuando su reino le resulta tan desconocido que solo es capaz de reconocerlo cuando se trae su guerra allí.

Violencia como conexión entre padre e hijo, como elemento unificador que les permite entenderse de la forma más horrible posible para saber qué han vivido respectivamente. Violencia como relato de terror, transformando el momento definitivo de recuperar la identidad en una carnicería de un viejo soldado con la que asusta a su mujer y muestra a su hijo un fragmento del mundo que existe fuera de Ítaca.

Violencia expresada en sangre, pero también en el dolor de un pueblo abandonado, víctimas lejanas de un conflicto que no vivieron en sus carnes, pero cuyas consecuencias siguen – y seguirán – notando. Violencia como destino final para el villano, consciente de que su hora ha llegado porque, con otro alfabeto, escribe el mismo lenguaje.

Violencia como el fin de una paz que no era tal.

¿Qué es una historia universal?

Otra cosa en la que pienso mucho es en el prólogo del editor Jordan D. White para la edición cronológica de House of X/Powers of X, un remix de las doce entregas fundacionales de Krakoa que está muy bien leer cuando ya conoces de sobra la obra original. Perfecta para una tercera o cuarta lectura, básicamente. En esa introducción, White habla de que, cuando Hickman lanzó su pitch para X-Men, su primera reacción fue «No, esto no funciona». Pero que luego siguió pensando sobre ello y se dio cuenta de que tan solo era otra perspectiva en la que se cuestionaban qué cosas eran circunstanciales y cuáles eran la verdadera sustancia de los mutantes de Marvel.

Normalmente cito mal eso, resumiéndolo en «si quitas lo accesorio y te quedas con la sustancia…» y termino la frase con lo que toque cada vez. En este caso, si La Odisea es una historia universal, un clásico imperecedero, ¿por qué lo es? ¿Cuáles son las claves para que así sea? Si quitas lo accesorio y te quedas con la sustancia, El regreso de Ulises es una posible respuesta a estas preguntas. Tan solo una, claro está. Existen otras respuestas y las habrá que hasta cambien las preguntas. Pero me alegra que exista esta exploración y esta forma de acercarse al original.

Conclusiones

Si he escrito tanto de El regreso de Ulises es porque, efectivamente, me ha gustado. Haber escrito este texto provoca que me guste incluso más. En cuanto le dé a publicar, la anotaré en mi Notion junto a un «Me encanta». Igual me ha gustado tanto porque me ha hecho pensar en varias cosas diferentes, más que por lo que ofrece en sí. Pero si lo que ofrece me invita a pensar en todo esto, pues oye, creo que ha merecido la pena.


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