Pocket Monsters: Aim to Be a Pokémon Master – The Rainbow and the Pokémon Master!

Comentario del episodio final de Ash y Pikachu como protagonistas de Pokémon.

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Aquí nos encontramos, al final del camino. Después de Satoshi and Latios!, episodio que cerró las tramas generales de Aim to Be a Pokémon Master, toca cerrar. Es hora de hablar del último episodio del anime de Pokémon protagonizado por Ash y Pikachu.

Toca cerrar un capítulo que ha durado toda una vida.


«I wanna have lots more adventures, and meet more Pokémon. All the things that happen each day… Every one of them matters».

Ash

Ash, Misty y Brock vuelven a su hogar. Misty es la primera en despedirse y separarse del camino, mientras que Brock marcha en otra dirección un poco más tarde. Finalmente, Ash llega a Pueblo Paleta. Entra corriendo en casa, momento en el que su madre nota que sus zapatillas están machacadas. Al día siguiente, Ash se dispone a ir al laboratorio del Profesor Oak. Su madre le ofrece unas nuevas zapatillas, pero Ash las rechaza. De camino, se encuentra a Tracey, que marcha a su propia aventura. Cuando entra en el laboratorio, Ash descubre que el profesor ha perdido a un Charmander. El Campeón decide ayudarle en su búsqueda, dado que probablemente se ha perdido en el exterior. Con la ayuda de Pikachu logran encontrar al joven Pokémon en una cueva. Cuando le rescatan, se encuentran con Gary, que es quien ha traído tres nuevos iniciales a Oak para los nuevos entrenadores, incluido ese Charmander perdido. El Pokémon es devuelto a Oak, que ya puede hacer la revisión médica de las tres criaturas. Por su parte, Gary se marcha en su propio viaje, no sin antes felicitar a Ash por su título y preguntarle que, ahora que es Campeón, cuánto le falta para ser un Maestro Pokémon. Ash se queda sin palabras, ante lo que Gary se despide. Ash y Pikachu vuelven a su casa.

Los días transcurren mientras ayuda por su Pueblo y vemos cómo Tracey regresa con su Venonat evolucionado en Venomoth. A la par, el Team Rocket se encuentra atrapado en un trabajo de cocina del cuartel general. Siguen enfadados entre ellos, pero de forma individual toman la decisión de intentar capturar a Pikachu. Cuando se reencuentran en un bosque cercano, se reconcilian y atacan a Ash, que no cuenta con otros Pokémon en mano en ese momento. Pikachu está atrapado, pero otra criatura viene a su rescate. ¡Es Pidgeot! El Pokémon pájaro original está de vuelta y libera a su antiguo compañero. Pikachu hace despegar al Team Rocket, que afronta con optimismo el momento mientras se reafirman en su objetivo. Ash pregunta a Pidgeot si quiere volver con él y el Pokémon accede a ello. Al día siguiente, Pikachu y Ash se encuentran descansando cerca de un río cuando empieza a llover. Se guarecen de la lluvia bajo un árbol cercano en el que también se protegen otros Pokémon salvajes. Es ahí que Ash confiesa lo que le ronda la cabeza. Ser Campeón nunca fue su objetivo, sigue sintiéndose un aspirante. Cada momento es importante, hay muchos Pokémon diferentes en el mundo y él quiere ser amigo de todos ellos. Eso es lo que significa ser Maestro Pokémon y quiere que Pikachu esté a su lado cuando eso ocurra. El sol se abre camino, el arcoíris se alza en el horizonte y Ash se levanta con optimismo. Sin despedirse de nadie, deja atrás sus zapatillas machacadas y coge las nuevas. En un cruce de caminos, el mismo del primer episodio, Ash avanza con Pikachu mientras les sigue el Team Rocket. El futuro Maestro Pokémon vuelve a coger un palo y lo lanza al aire para decidir su próxima dirección. La música suena y, la próxima vez… será un nuevo comienzo.

The Rainbow and the Pokémon Master! es la mejor clase de final que podría existir para una serie como Pokémon. Es un final abierto y lleno de emoción que se permite una pausa que raramente hemos podido observar en el anime. Este impás da lugar a una exploración de la aventura y de más de veinte años de historias. Hay muchas cosas que comentar, muchas emociones que manejar y creo que este va a ser, sin duda, el comentario más difícil de todos los relativos a Aim to Be a Pokémon Master.

Voy a ir comentando cosas al aire. Por ejemplo, ¡volvió Tracey! Hacía muchísimo tiempo que el personaje no aparecía con un rol hablado, por lo que es una alegría verle avanzar. También es la primera vez que vemos evolucionar a uno de sus Pokémon. Marill y Pikachu comparten un momento, algo muy apropiado si tenemos en cuenta que el Pokémon agua funcionó un poco como mascota de Johto junto a Togepi. Pikachu también tiene un abrazo con Psyduck al despedirse de Misty, compensando el «feo» ocurrido en el segundo episodio. Por su parte, Croagunk salva a Misty de Brock, que la estaba molestando para que le diera recuerdos a sus hermanas, cerrando así un peculiar círculo entre la primera y el último en castigar a Brock por su mal hacer.

Gary es quien recuerda a Ash su objetivo de ser un Maestro Pokémon. Él fue su primer rival, así como su gran amigo de la infancia. Al igual que Tracey, en este episodio marcha a su propia aventura. Es raro que sea Ash quien esté quieto en un sitio. Alguna vez en un cambio entre regiones le hemos visto pasar uno o dos días antes de salir de nuevo y también usó su casa como centro de entrenamiento para la Liga Añil durante unos meses. Pero lo habitual es que estos días o semanas que pasa en el hogar se sobreentiendan en los saltos temporales. Se hace notar especialmente en su negativa a cambiarse las zapatillas hasta el final: el cambio de ropa siempre fue una marca absoluta de nuevo comienzo para Ash, pero aquí tarda un tiempo en estar preparado para volver a avanzar. A su vez, esto permite estampas como la del árbol bajo la lluvia, que nos remiten a momentos de su niñez que vimos en algunos flashbacks de Pokémon XY.

El Team Rocket se reúne de nuevo, cómo no. Además, podemos ver que también viajan ahora con los Pokémon que recuperaron, firmes en su propósito. Cuando cantan su lema lo hacen a la manera clásica, y a la hora de despegar lo hacen a lo grande. Es su despedida también, y la eternidad de su viaje acompaña al de Ash. Se merecían un último momento para lucirse y por supuesto que lo tienen. Seguirán intentándolo, seguirán fallando. Seguro que volverán a tener algún cameo en el futuro, igual que Ash.

¡Pidgeot vuelve! No le veíamos desde que fuera dejado en el bosque para proteger a los suyos al inicio de la serie de las Islas Naranja. Evolucionó también en aquel episodio, lo que hace que el Team Rocket no le reconozca en primera instancia aquí. No obstante, el Pokémon pájaro seguramente les tenía ganas, dado que fue por su culpa que no pudo participar en la pelea contra Ritchie de la Liga Añil. Ash perdió aquel combate al tener que recurrir a Charizard, que no le obedecía.


En anteriores ocasiones no lo hice, pero esta vez sí he leído algunas opiniones en redes antes de hacer el comentario. Me gustaría así rescatar algunos tuits respecto a este final.

Por ejemplo, ¿a qué viene lo de las zapatillas? Es por Type: Wild, una de las canciones más míticas de la serie. Se usó como ending en varias ocasiones, así como insert-song en la Liga de Sinnoh o en la Liga de Alola. De paso, las zapatillas tienen el logo de la Liga que tenía Ash en su gorra original, la misma que su versión alternativa consigue en el especial The Distant Blue Sky que he mencionado varias veces durante los comentarios de esta serie epílogo. Teniendo en cuenta que Ash también come unas croquetas de su madre en este episodio, cada vez parece menos casual cuándo se emitió.

«Next time… a new beginning!» es una frase que se ha utilizado en varias ocasiones a lo largo de la serie. No siempre al acabar una serie y no en todas las series, pero es una frase común que adquiere especial significado en esta ocasión. Su existencia previa hace que todo conecte con la futura Pokémon Horizons, pero al mismo tiempo esta vez estamos ante una ruptura con lo anterior que jamás habíamos visto.

Las flores de cerezo se llevan un plano especial en este episodio. En general las flores están llenas de significado y se han usado también en otros momentos del anime (tanto de Pokémon como, bueno, en general). En el anime de Pokémon XY se incluyeron varias, y podéis leer aquí sobre su significado. Y en este episodio, las flores de cerezo expresan ese nuevo inicio, algo apropiado teniendo en cuenta que este episodio se emitió el 24 de marzo.

También ha habido varios fan-arts y homenajes, tanto estos días como durante toda la serie. Así que simplemente os dejo algunos que me han gustado.

Otra referencia.

Finalmente, los actores de voz japoneses también se han despedido de Satoshi. Sus palabras están recopiladas en este hilo:

La propia Rica Matsumoto, voz de Satoshi y cantante de varios de los openings y endings de la serie, también se valió de Twitter para despedirse.


Muy bien. Si habéis llegado hasta aquí ya habréis notado que aún no he hablado del plato fuerte. Y es que en este episodio Ash nos ofrece su definición de Maestro Pokémon. Así es su discurso final:

«Pikachu. Remember when we saw Shigeru before? Back then, he asked me how much closer l was to being a Pokémon Master, but… Being Champion’s not my goal. I still consider myself a challenger.

I wanna have lots more adventures, and meet more Pokémon. All the things that happen each day… Every one of them matters. Like when I met that Latios.

I wanna make friends with all the Pokémon in the world. That’s gotta be what it means to be a Pokémon Master.

Pikachu… when I become a Pokémon Master someday… you’ll be there, right? All right! Let’s go!»

Ash Ketchum

La aventura en sí misma motivó la creación de Pokémon hace ya mucho tiempo. Cuando Satoshi Tajiri, creador de la franquicia, tuvo la idea de estos monstruos de bolsillo quería recuperar las sensaciones que tenía cuando era pequeño y se lanzaba a coleccionar insectos por los hábitats naturales que le rodeaban. Quería ofrecer ese eterno descubrimiento infantil, esa vida sin fin en la que cada paso importa pero el camino no termina. Y es ese mismo concepto el que se acaba convirtiendo en la definición de Maestro Pokémon.

La mera existencia de esta aventura eterna es la que permite todas sus definiciones, compromisos e ideales. Pokémon jamás se ideó con un final en su cabeza, y eso es lo que hace especial a Aim to Be a Pokémon Master. Porque coge esa realidad y la convierte en su piedra fundacional. El mero hecho de crear y avanzar, el mero hecho de vivir en un mundo Pokémon y afrontarlo de forma positiva crea Maestros Pokémon. Pero su expansión, su crecimiento y el amor que aporta cada persona que los crea y los juega y los ve y los lee hace que no sea tanto una meta como un motor. Es imposible ser un Maestro Pokémon pero, al mismo tiempo, solo el hecho de intentarlo y adoptar la actitud correcta permite que tengas la oportunidad de conseguirlo.

Es el arcoíris que aparece frente a nosotros y que nunca podemos alcanzar, como decía Kunihiko Yuyama, uno de los directores de la serie.

P: ¿Qué crees que es un «Maestro Pokémon»?


Yuyama: Creo que consiste en aceptar a los Pokémon tal y como son, sin proyectarte en ellos. Cuando estábamos en proceso de creación de Aim to Be a Pokémon Master, pensé que un Maestro Pokémon era como un arcoíris. Está ahí, pero no puedes tocarlo, ni alcanzarlo. Pero a pesar de eso, la gente sigue acercándose a los arcoíris que ve en el cielo lejano. Usé un arco iris como el motivo de la última escena de ‘Pocket Monsters the Movie: Te elijo a ti’, y aunque no había pensado en ello en aquel momento, esa escena siempre me viene a la mente cuando pienso en el concepto de Maestro Pokémon.

Kunihiko Yuyama, traducción retocado desde una inicial con DeepL

Lo que creo que conecta bien con esto que decía en el comentario de Tunbear’s Sigh! en su día.

El lema de Pokémon es «¡Hazte con todos!», pero esa nunca ha sido la realidad de Ash. Con el paso de los años ha ido quedando más claro, hasta el punto de que el verdadero representante de esa idea es Goh, coprotagonista de Pokémon Journeys. Ash estila más el «vive y deja vivir», y creo que eso refuerza otra idea que tengo: el anime es la mejor representación de la conexión entre humanos y Pokémon como punto central de la franquicia. Si Ash es un Maestro, o si va a serlo, será debido a ello. Su conexión con las criaturas que habitan su mundo va más allá de capturarlas y coleccionarlas. Su espíritu le lleva a entenderlas, ayudarlas y que el resultado sea dejar un mundo mejor sin alterarlo de formas innecesarias.

Quien sabe, igual Ash Ketchum se habría llevado bien con The Boss.

El idealismo de tal propósito, a su vez, solo está al alcance de un niño de 10 años. Por eso Ash es un niño eterno: porque solo desde ese punto se puede observar el mundo de la manera necesaria para lograr ser un Maestro Pokémon. Y es otra lección que no olvidar: lo bueno de hacernos adultos es poder ser mejores niños. Seámoslo.

Ash siempre ha estado siguiendo el arcoíris, desde que comenzara su aventura siguiendo a Ho-oh. Esa figura siempre ha estado presente y ha resultado ser muy apropiada. Es algo inalcanzable, como Superman.

Y aun así, lo que me parece más mágico de esta definición es cómo, de forma activa, convierte a todas las personas que amamos Pokémon en Maestros Pokémon. Porque, ¿acaso nos alejamos de ese mensaje? Queremos vivir esas aventuras, descubrir qué hay después. Queremos seguir viviendo en este mundo y que cada pequeño momento importe. Y que da igual lo que nos espere mañana si, al menos durante un rato, podemos ponernos las zapatillas más gastadas que tenemos y salir a la aventura a sentir la magia que sentíamos cuando éramos pequeños.

Esta definición de Maestro Pokémon engloba a toda la franquicia y a todas las personas. Es un auténtico regalo.

También hay una parte de la definición que se está pasando por alto, un poco como ese «debe conllevar» de la mítica frase de Spider-Man. «All the things that happen each day… Every one of them matters». Cada momento importa. Cada capítulo importa. En los últimos años he dado en llamar a Pokémon como mi sitio feliz. Cuando tuvo lugar la maratón de Twitch en 2018/2019 reconecté a lo grande con el anime. Y, desde entonces, he tenido media hora semanal garantizada de felicidad. Cada momento, cada paso, cada situación, por pequeña o inconsecuente que pareciera, importaba. Ayudaba. Y aunque pasara unos años desconectado, la realidad es que lleva siendo así toda mi vida. Pokémon me ha acompañado desde que recuerdo. Seguirá haciéndolo. Y el anime tiene un nuevo futuro por delante con Pokémon: Horizons.

Simplemente ya no será con Ash y Pikachu. Y, demonios, duele.

En su escena final, Ash y Pikachu repiten lo que hicieran en el primer episodio de esta miniserie. Cogen un palo, lo lanzan al aire y el azar decide su destino. Pero esta vez observamos desde lo alto sus rostros, una última imagen como si miráramos desde el punto de vista del palo. Un último mensaje: nosotros decidimos su destino. Al acompañar semana a semana, al vivir con ellos. Y ahora, al echarles de menos e imaginar su futuro. La cámara se vuelve a alejar, mientras el camino apunta hacia la izquierda. Hacia el mañana.

Hacia la aventura sin fin.


Os dejo en este último comentario de episodio no con el After story, pues no ha habido tal, sino con un gráfico de despedida con el que se celebró esta ocasión.

Y si por un casual habéis leído todos los posts, todos mis comentarios de esta serie, permitidme añadir la cosa más obvia, pero también más necesaria, que puedo decir: gracias.


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