En esta ocasión llego con retraso al repaso semanal del anime. La semana pasada tuvimos Takeshi and Dent and the Forest Witch! y hoy toca seguir desde donde lo dejó aquel episodio. ¡A ello!
«That part of Satoshi hasn’t changed at all. He still loves Pokémon, and does everything he can for them.»
Misty
Ash, Misty y Brock continúan su viaje en una zona montañosa helada. Siguen el camino para ver el ascenso de los Magikarp catarata arriba pero, cuando llegan al lugar, se encuentra congelada. Oshawott, que forma parte del equipo actual junto a Snorlax, Talonflame, Incineroar y Pikachu, no acepta la situación, e intenta romper el hielo con su concha. Esta sale volando hasta los pies de un Beartic salvaje que se la devuelve. Mientras Pikachu se lo agradece, el aliento del Pokémon oso congela todo a su alrededor y escapa. Ash se da cuenta de que sus ojos estaban tristes, por lo que deciden seguirle. Cuando llegan a un claro, consiguen comunicarse con él. Su poder es el causante de la congelación de la catarata y de las zonas cercanas, lo que provoca que el resto de Pokémon salvajes no se acerquen. Claramente no puede controlarlo, por lo que van a entrenar con él para conseguirlo.
La sesión de entrenamiento está dirigida por Ash, Pikachu y Oshawott. Logran explicarle la dinámica básica para controlar sus ataques de hielo, pero no consiguen que Beartic sea capaz de limitarlo y dirigirlo. Esto lleva a varios accidentes mientras intentan que Beartic haga con hielo la forma de la concha de Oshawott. Tras un nuevo fracaso, Beartic se aleja y grita con su aliento de hielo desconsolado. El suelo se abre a sus pies, cayendo junto a Ash y sus Pokémon. Ash se lesiona el pie, por lo que Beartic decide escalar llevando a los tres en su lomo. A mitad de camino se rompe la pared, pero logra reaccionar rápido y crear un bloque de hielo para frenar la caída. Es así que logra también crear una escalera de hielo para volver a la superficie. Sin embargo, queda un reto más: demostrar al resto de Pokémon salvajes que no es un peligro. Oshawott le da ánimos y Beartic logra el objetivo del entrenamiento: crear una concha de hielo. Gracias a ello, el resto de criaturas confía en él y celebran, mientras en el cielo Latias ha observado todo lo acontecido.
Pensaba que mi resumen de Tunbear’s Sigh! iba a ser un poco más breve, pero es un capítulo con bastantes momentos que señalar. Creo que tiene mucho corazón y que ha sido uno de los mejores en mostrar, una vez más, la maestría que ya tiene Ash como entrenador Pokémon. Y es que Ash no es solo alguien que entiende a los Pokémon y lo que sienten, sino que también es capaz de comprender su hábitat y lo que necesitan para convivir con el resto de la naturaleza. Al instante entiende la situación de Beartic, lo que le sucede y lo que necesita. Y en ese punto se olvida de los Magikarp y la catarata y se dedica en exclusiva a asegurarse de que ese Pokémon al que quizás jamás vuelva a ver tenga una oportunidad de vivir en condiciones. Entrena con él no para capturarlo y combatir, sino para hacer de su vida algo mejor. Le convierte, en palabras literales del episodio, en un maestro de Hielo. O, dicho de otro modo, le ayuda a ser la mejor versión que podría ser. Y eso a base de cabezonería, fe y un hopepunk infantil que va directo al núcleo sin sacrificio ninguno. «Tienes un problema, yo te entiendo y de aquí no me muevo hasta que lo solucionemos. No te preocupes, que al final del día todo irá bien».
Misty y Brock se posicionan como espectadores especiales de un Ash que ya ha vivido mucho sin ellos. Mientras que en la serie original tendrían que estar aconsejándole en un escenario similar, aquí entienden lo que pretende su amigo y le pueden apoyar sin entrometerse. Su amistad y tutela ya tuvo efecto hace mucho, y ahora pueden disfrutar de los resultados. Con admiración y alegría ven cómo, simplemente, Ash está cumpliendo ese sueño loco que gritaba al empezar su viaje. A su vez, el roster de Pokémon del episodio también parece responder a ese tiempo que han pasado separados. Snorlax y Pikachu pertenecen a los 151 originales, pero Incineroar, Talonflame y Oshawott, que son los que más tiempo de pantalla se llevan, pertenecen a regiones posteriores a la marcha de Brock tras las aventuras por Sinnoh. Ash tiene ocasión de hacerles partícipe de lo que ha vivido y mostrarles lo que ha aprendido gracias a su relación con estos Pokémon.
Mientras tanto, Latias sigue presenciando todo. Su rol no pasa del de ser una observadora desde las alturas, lo que refuerza mi idea de que ella es nuestro punto de vista de estas aventuras. Cada suceso está seleccionado para mostrar a Ash como un Maestro Pokémon en diversas situaciones. Está siendo valorado por Latias. El veredicto, asumo, lo veremos hacia el final de la serie, tenga la forma que tenga.
El lema de Pokémon es «¡Hazte con todos!», pero esa nunca ha sido la realidad de Ash. Con el paso de los años ha ido quedando más claro, hasta el punto de que el verdadero representante de esa idea es Goh, coprotagonista de Pokémon Journeys. Ash estila más el «vive y deja vivir», y creo que eso refuerza otra idea que tengo: el anime es la mejor representación de la conexión entre humanos y Pokémon como punto central de la franquicia. Si Ash es un Maestro, o si va a serlo, será debido a ello. Su conexión con las criaturas que habitan su mundo va más allá de capturarlas y coleccionarlas. Su espíritu le lleva a entenderlas, ayudarlas y que el resultado sea dejar un mundo mejor sin alterarlo de formas innecesarias.
Quien sabe, igual Ash Ketchum se habría llevado bien con The Boss.
Como detalle final, me gustaría señalar que por segundo episodio consecutivo tenemos lo que creo que es una referencia al especial The Distant Blue Sky cuando, al inicio, Ash menciona un encuentro con un Gyarados. Las continuidades son distintas, pero los sucesos pudieron ocurrir en ambos mundos. También es justo destacar que es el primer episodio de esta miniserie en el que no aparece el Team Rocket (no les mencioné en el anterior, pero estuvieron).
La próxima semana toca recuperar a los iniciales de Kanto, con la vuelta de Bulbasaur, Squirtle y Charizard. Hasta entonces, os dejo con la imagen After story de hoy.
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