El tiempo de Ash Ketchum y Pikachu como protagonistas del anime de Pokémon se acaba. Pocket Monsters: Aim to Be a Pokémon Master es una miniserie epílogo de Pokémon Journeys que va a durar 11 episodios. A lo largo de esta aventura volveremos a encontrarnos con viejos conocidos como Misty y Brock, mientras se afronta una pregunta esencial para el viaje de Ash: ¿qué es ser un Maestro Pokémon?
Durante los últimos años, en especial gracias a la maratón de Twitch que tuvo lugar durante 2018 y 2019, he reconectado mucho tanto con el anime de Pokémon en general como con Ash en particular. Así que, tras el estreno del primer episodio, he decidido montarme mi propio Más Grande Por Dentro en miniatura y lanzarme a comentar brevemente en el blog lo que ofrecerá este último viaje, capítulo a capítulo según se vayan estrenando.
Unos apuntes más antes de empezar. Las imágenes y los nombres de los títulos los iré sacando de Bulbapedia. Además, en las citas directas usaré tal cual los subtítulos que sigo, de ahí que veáis a veces los nombres japoneses. Y, sí, hay spoilers, así que cuidado con ello.
«Following the wind, following their whims, in a forest somewhere, in a region somewhere, Satoshi and Pikachu’s directionless journey continues»
El Narrador
Winds of Beginning! The Endless Road!! es el título del primer episodio. Al comenzar, Ash y Pikachu continúan su viaje. Sin rumbo concreto, siguen hacia delante mientras conocen a nuevos Pokémon. Jugando y picándose, el episodio da paso a una intro que funciona a modo de remake y recopilación de la original, utilizando la música y material de aquella entremezclada con momentos de toda su historia (que irán cambiando semana a semana).
A partir de ahí, clasicismo en su definición más pura. El Team Rocket aparece para intentar capturar a Pikachu, pero se ve superado por el equipo de Ash, que pasa a ser rotatorio durante esta serie. Por ejemplo, esta vez han podido brillar Donphan, Noivern, Buizel y Sceptile. Más tarde, Ash se encuentra con una Latias herida a la que presta ayuda. El Team Rocket vuelve a intentarlo para hacerse con el Pokémon legendario, pero se ven superados por la creatividad de Ash y sus compañeros. Esto le permite ganarse la confianza de Latias, que ya se ha recuperado lo suficiente para seguir por sí misma… aunque observa el viaje de Ash desde la distancia.
Cortita y al pie. Este capítulo sigue los estándares al pie de la letra. ¿Cuál es la región? ¿Desde dónde vienen y a dónde van? Eso no importa, como ya dejó claro el Narrador. Esos detalles quedan a gusto del espectador porque no añadirían. Lo importante aquí es definir a Ash, comprender quién es y recordarnos a quién llevamos viendo durante más de dos décadas. Está lo que hace y está el por qué lo hace. Y todo ello está enclavado en la continuidad de un anime que, de algún modo, ha logrado entretejer todo gracias a Pokémon Journeys. La serie anterior logró el mismo efecto que Spider-Man: No Way Home con los tres Peter Parker, garantizando que todas las temporadas recibieran su reconocimiento y cariño sin dejar a nadie atrás.
El niñato que salió de Pueblo Paleta no es el mismo niño que aquí vemos. Ha evolucionado. Su instinto siempre le ha colocado al lado de los Pokémon, pero ahora está más preparado y su mente, aunque dirigida al combate, ve la vida de otro modo. Cuando se encuentra con Latias, es capaz de ayudarla con la ayuda de sus compañeros y de los recursos que tiene en su mochila. Siendo Ash un personaje que ha viajado acompañado gran parte de su recorrido, verle siendo autosuficiente resulta extrañamente innovador. Se lanza de cabeza hacia el problema como hace desde el capítulo 1, pero su experiencia le permite resolverlo y, sobre todo, resolverlo bien. Es capaz de comunicarse, conectar y, ahora también, es capaz de ayudar de verdad. En otras palabras: ha madurado. Aunque aún sea un niño de 10 años bajo las reglas de la serie, su evolución ha sido inevitable.
Así que Ash hace las cosas porque quiere ayudar a los Pokémon. No quiere verles sufrir y quiere hacer amigos por el camino. Eso nos lleva al qué hace. Efectivamente, ayuda… ¿pero qué sucede cuando ataca el Team Rocket? Soluciona el problema, por supuesto. Un Rayo por aquí, un Estruendo por allá… y antes de darnos cuenta, Ash está volando con Latias porque ha logrado ganarse su confianza a base de ser un buen muchacho. Acabado el conflicto, van por separado, pero la hazaña ahí queda.
Obviamente, tras tantos años de anime y tantas películas y tantas promociones dentro de la propia franquicia, Ash no está corto de hazañas mucho mayores en escala y en la serie anterior tanto Goh como él montaron a lomos de Lugia. Pero el punto a destacar en esta ocasión es el qué ha conseguido y el cómo lo ha conseguido. Porque eso es lo que conecta, a su vez, con el espíritu de Pocket Monsters: Aim to Be a Pokémon Master y lo que se propone conseguir. Terminar de cerrar todo utilizando décadas de continuidad, validando al completo el camino recorrido pese a los traspiés y decidiendo que es el momento para elevar al personaje a lo más alto antes de su despedida respetando todo eso.
¿Quién es Ash Ketchum? Este capítulo da una respuesta a base de pequeñas verdades que podrían montar leyendas épicas. «¡Surcó los cielos con Latias!» podría gritar un comentarista mientras le presenta para un combate. Pero lo importante es que fue porque la ayudó a sanar y se ganó su confianza, no por capturarla o querer usarla en combate.
¿Qué es ser un Maestro Pokémon? Esta es la primera respuesta. A lo largo de los próximos episodios descubriremos otras. Y, cuando acabe todo esto, asumo que la respuesta será que hace tiempo que Ash Ketchum es un Maestro Pokémon. Pocket Monsters: Aim to Be a Pokémon Master simplemente hará que no demos cuenta no solo nosotros, sino también el propio Ash. Y todo ello con lo que parece ser un buen viaje lleno de nostalgia y celebración.
Próxima semana: un combate contra Misty.
Deja una respuesta